Realizamos una pequeña exploración de reconocimiento al indómito y gran manto verde del bosque araucano.

Lugar de mensajeros es el significado que le otorga el pueblo Mapuche a la palabra Huerquehue, estos antiguos pasos inmersos en los órganos vitales de la Araucanía, fueron utilizados por los pueblos originarios para trafkintu o intercambio de alimentos, utensilios e información con otros lof o territorios repartidos en la región, siendo de gran ayuda para reducir las distancias también desplazarse de forma más expedita y segura por los tupidos bosques Araucanos.

Foto / Pascual Lara

El objetivo fue realizar un scouting por el lado Este del cordón montañoso Huerquehue, principalmente queríamos entrar a este bosque milenario con el respeto que merece cada lugar natural y santuario de vida, conocer el área, su abundante flora y fauna nativa, un poco de la gente local, algo de la historia ancestral, los vitales recursos hídricos y su sabida escarpada geografía, pero sin duda tener más claridad de los ingresos a las hermosas cumbres e increíbles caras de los cerros que coronan este inhóspito lugar, como lo son el Cerro San Sebastián y el cerro El Araucano, entre otros maravillosos que los acompañan, así para la próxima temporada 2020 tener la posibilidad de acceder con mucha más fluidez, conocimiento del terreno y claridad técnica para realizar algunas ascensiones en estas hermosas laderas de la sorprendente Cordillera de los Andes. 

Montados en sus splitboard Pascual Lara y Seba Baeza 

 

En este anhelado ingreso a la cordillera estaba Pascual Lara deportista de aventura y fiel cameraman, también el motivado snowborder Seba Baeza, mis buenos amigos locales de los splitboards y yo con mis esquíes de randonnee. Todo calzaba con una de las primeras ventanas estables de la primavera 2019, en un pestañeo teníamos los planes no muy claros pero full motivación, pusimos el mapa sobre la mesa y concordamos que estaba pendiente una exploración por el lado Este de las montañas del cordón Huerquehue, dicho esto, ordenamos, seleccionamos equipo, comida, campamento, transporte, todo lo necesario para aprovechar estos 2 días que teníamos para conocer esta densa y verde sección de la cordillera Araucana.

Foto / Pascual Lara

Partimos desde la Entrada a la cordillera (Pucón), llegando a Río Blanco fuimos bien recibidos por la gente local, amablemente nos ofrecieron estacionar fuera de sus casas, sumado a un par de indicaciones importantes para no perder la huella, descargamos el auto y cargamos las mochilas, partimos de primera con esquíes y splitboards en las espaldas, luego de 1h 40 de caminata al fin encontramos la cota donde ya había suficiente nieve para no sacarnos más los randonnées de los pies.

Entre Araucarias milenarias, Nico Salgado con sus antiparras Modelo Julbo AIRFLUX

   Foto / Pascual Lara

Seguimos por alrededor de 3 horas unas marcas, varias de ellas escondidas por los árboles y ramas caídas durante el invierno, por la distancia recorrida, sabíamos que estábamos cerca de nuestro destino, pero para tener un punto de vista más certero Pascual puso a volar el drone y pudimos ver con claridad el llano blanco de la esperada Laguna Pehuén, uno de nuestros importantes puntos de referencia, que estaba completamente congelada. 

Decidimos armar nuestro campamento en una arista al norte de la laguna con una vista privilegiada y una araucaria a nuestro costado la cual en su base tenía piso sin nieve, estaba seco, muy útil para cocinar, tomar mate y contemplar en primer plano el Volcán Sollipulli.

Con nuestro campamento base ya en pie, unos buenos mates para activar y luego de comer algo para nutrir, nos pusimos abrigo, nuestras linternas frontales y las pieles al bolsillo de nuestras chaquetas, salimos livianos a esquiar la arista por la cual veníamos caminando, para alcanzar a deslizarnos algo ese mismo día, la nieve estuvo blanda durante el día por el sol, pero a esa hora bajó la temperatura y se puso un poco más compacta y rápida, por lo que teníamos que aprovechar, esquiamos disfrutando el atardecer , esta sección abierta entre araucarias separadas unas de las otras, hasta un estero cercano, cayó la oscuridad, colocamos pieles , prendimos linternas y empezamos el regreso al campamento, de llegada cenamos mientras visionábamos las opciones para el siguiente día, luego directo a dormir y descansar.

La mañana siguiente con un privilegiado amanecer de ensueños, desayunamos y arreglamos nuestras mochilas con equipo liviano, un rokiñ (ración de marcha) agua caliente para los mates, cámaras y la motivación a flor de piel, fuimos a randonear la misma arista del campamento, llegando hasta su fin donde descendía perdiéndose entre la densidad de las Quilas (Chusquea quila), aquí decidimos volver y esquiar una buena línea más abierta que habíamos visto de camino, la cual nos llevó directo a la laguna congelada. 

La Laguna Pehuén en medio del bosque mixto de Araucaria – Coihue y de fondo el Cerro Araucano

sEn los bordes se forman meandros donde viven familias de Canquenes (Chloephaga poliocephala), estas adaptadas aves volaron sobre nosotros realizando un característico silbido, captando casi toda nuestra atención mientras atravesamos por el centro del congelado cuerpo de agua en dirección a un portal de árboles en el bosque, el cual se formaba sobre un estero que alimenta la laguna Pehuén. 

Ingresamos a una enorme sección de bosque mixto de Araucaria (Araucaria araucana) y Coihue (Nothofagus dombeyi) siguiendo el cauce del agua, entre golpes de los Carpinteros negros en los árboles secos aún en pie, gritos de los Loros choroy (Enicognathus leptorhynchus) y el inconfundible continuo canto de las bandadas de Rayaditos (Aphrastura spinicauda) y entre ellos algunos Come cebos (Pygarrhichas albogularis) alimentándose también. Nos sentimos parte del bosque, cada uno de nosotros iba silencioso pero en continuo movimiento siguiendo líneas distintas pero fluidas, las cuales nos juntaron más adelante al ponerse cada vez más estrecho, la vegetación se puso más densa y el relieve del terreno comenzaba a separarse en un laberinto de quebradas, de una que se separaba en dos a otra que lo hacía en tres más. 

En este punto fue donde decidimos regresar al campamento, ya que ese día teníamos que volver a Pucón, fuimos por el bosque de la ladera norte de la laguna, para tener una mejor perspectiva, randoneamos bajo la sombra de los árboles, esta vez en una diagonal más directa hacia el sitio de campamento. Entre mates , unas galletas dulces, y charla, desarmamos, achicamos equipo y empacamos nuestras mochilas, a eso de las 18 horas comenzamos el descenso esquiando, la nieve estaba bastante pegote en algunos tramos pero nos permitió deslizar,  hasta que llegamos al límite con la tierra, aquí nuevamente esquís, splitboards a las mochilas y a caminar nos pusimos para cubrir la última 1h 30min que nos quedaba hasta el auto, para estar de vuelta en nuestros hogares cerca de las 12am, felices y listos par cerrar esta hermosa jornada de exploración.

Pareja de Canquenes (Chloephaga poliocephala) a orillas de la Laguna Pehuén

Foto / Pascual Lara

Entendemos que la naturaleza es un gran organismo vivo, el cual cada uno de sus seres cumple un rol importante pero a la vez sutil en los distintos ecosistemas, formando parte del todo, de un macro sistema que funciona de forma orgánica, sin pausas y de manera continua, es por esto que esta experiencia de exploración del entorno de estas hermosas montañas y laberintos de vegetación, nos mostró y aclaró el tiempo que hay que considerar para realizar una expedición a futuro, para poder ascender y esquiar en invierno alguno de estos cerros, considerar el material técnico para escalar estas caras, las rutas de acceso, cantidad de alimento, el plan de contingencia y medidas de seguridad pertinentes para considerar, por lo que nos deja muy felices y agradecidos de tener la oportunidad de insertarnos en estos espacios tan importante para nosotros como para la tierra, también nos deja una gran motivación de volver a escalar, adentrarnos mas profundo en los bosques y poder esquiar las montañas que nos hacen sentir lo pequeños que realmente somos.

Lentes Julbo Explorer 2.0

Foto / Pascual Lara

En estos terrenos existen constantes cambios de luz bajo las araucarias y el reflejo del sol en la nieve naturalmente busca iluminar cada espacio con sus rayos, muy eficaz la tecnología ZEBRA de los lentes de sol modelo EXPLORER 2.0, los cuales me permiten progresar sin tener que quitármelos cada vez que pasamos por zonas más oscuras por la vegetación o más abiertas y claras con el sol directo, esto gracias a la capacidad de activación de los cristales fotocromáticos que integra JULBO en sus lentes, al cambiar su factor de protección de categoría 2 a 4 en aproximadamente 28 segundos, asegurando la máxima protección de la vista, también otorga una excelente comodidad al utilizarlos durante varias horas continuas de actividad física, donde la temperatura corporal se eleva empañando los lentes, aquí es de gran ayuda su tecnología ANTIFOG la cual mantiene los cristales desempañados por la condensación, permitiendo una visión ininterrumpida y limpia.

Muchas gracias Nico por este súper relato desde la Araucanía. Estaremos atentos a tus nuevas aventuras.

Hasta muy pronto

Equipo Julbo Chile